¿Tu corazón está pidiendo una pausa?

Mi Yo nació en una constelación.

En ese instante, vi a mi madre y a mi padre… y entendí que, desde lo más profundo, siempre fui amada por ambos. Pero también comprendí cuánto me había separado de mí misma intentando pertenecer, buscando ser aceptada por cada uno.

En ese encuentro con mi verdad, dejé de dividirme, me abracé entera, y sentí por primera vez que yo estaba completa. Desde esa conexión, descubrí que el deseo de acompañar a otros en su proceso de sanación no venía de la mente, sino del alma: de la certeza de que no podría acompañar a mis padres en vida, pero sí a muchas otras almas que, como ellos, se sienten perdidas, rotas, olvidadas de su poder.

Ellos partieron jóvenes, sin poder descubrir lo grandiosos que eran. Y fue ese dolor, esa empatía profunda, la que encendió en mí esta misión: recordarles a otros que son dioses creadores, que no están solos y que dentro de ellos existe un potencial infinito esperando ser despertado.